Se trata de una excursión sencillita y suave, a la vera del río Casaño.
Ver Río Casaño. en un mapa más grande
La única dificultad de la ruta radica en el exceso de maleza y felechu en algunos tramos del camino, en caso de lluvia al comienzo hay que tener cuidado de no resbalar en las piedras del camino, pero son problemas menores.
La belleza del río es enorme, ya desde el principio, nos asombra la fuerza con la que el agua va surcando la roca, y en un entorno estupendo, donde encontraremos multitud de flora y fauna, de la que disfrutarán los más peques.
Por lo demás el camino está bien marcado y no da problemas, podemos pararnos en algunas "playas" fluviales para comer o mojar los pies, y podemos volver cuando queramos, ya que desde el primer momento, este paseo merece la pena.
Otro pequeño inconveniente podría ser el aparcamiento en La Molina, el pueblo donde iniciamos la andadura, pero normalmente no suele haber problemas.
El río se agarganta y se abre continuamente.
El agua cae de las montañas de forma espectacular.
Puente de los Mineros... ¿Te atreves?
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